
Capri es una pequeña y montañosa isla ubicada frente a la costa sur del Golfo de Nápoles, cobró celebridad por su belleza ya en tiempos de la República Romana. Durante el Imperio fue frecuentada por Julio César y escogida como lugar de residencia por el emperador Tiberio.
En su superficie, que supera apenas los 10 kilómetros cuadrados, el visitante encuentra paradisíacos paisajes conformados por imponentes acantilados, dos macizos (el Monte Tiberio y el Monte Solaro), hermosas arboledas y las azules aguas del Mediterráneo.

La Gruta Azul, una de las muestras de belleza natural más impactantes de la región, con su cueva de acceso marítimo y sus paredes que reflejan las profundidades azules del mar. En épocas pasadas, los antiguos romanos tenían a la Gruta Azul como un lugar de poderes místicos y belleza inusitada, a mediados del siglo XIX fue redescubierta por un pintor alemán y desde entonces miles de turistas han visitado el espectáculo natural de la gruta.

El segundo centro urbano de la isla es Anacapri, localidad enclavada en la montaña. Desde ella se puede llegar en aerosilla hasta la cumbre del Monte Solaro (589 m), el punto más alto de la Isla de Capri, desde el que se accede a unas vistas panorámicas imponentes.
La piazzetta central de Capri, aunque conserva su modesta arquitectura urbana, está llena de tiendas lujosas, restaurantes caros, y paparazzi a la caza de celebridades.
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